
Relato #5: "Rectas Secantes"

Desperté tras una noche complicada. No había podido dormir bien de solo pensar en la propuesta. Después de un año lleno de adversidades, tenía la oportunidad de conseguir el dinero para pagar la operación de mi madre. Sin embargo, no estaba seguro de si había tomado la mejor decisión.
Abrí la ventana y miré el horizonte. El sol resplandecía y la intensidad de la tormenta había disminuido considerablemente. Reflexioné sobre la posibilidad de que esa escena fuera una alegoría de lo que me deparaba el futuro.
Me puse mi camiseta favorita, la azul con el símbolo de la casa de El, misma que me hacía recordar que nunca debía perder la esperanza. Acto seguido, abrí el tablero de ajedrez, el cual usaba como alcancía, y tomé los últimos billetes que quedaban.
Me colgué la mochila que me habían dado y salí de mi casa. Iba lleno de dudas y mis manos me temblaban.
Al percibir el petricor, me tranquilicé un poco. Ese olor siempre me trasladaba a mi infancia.
Tomé mi celular y aprecié el fondo de pantalla. Cuando observé el rostro de mi madre, me convencí de que no me importaba lo que me pudiera pasar, mientras que ella lograra recuperarse.
Unos instantes más tarde, arribé a la dirección indicada. Una amable señora me entregó el uniforme de mesero. Después de cambiarme, empecé a acomodar los postres en la mesa. Tras haber colocado el último crujiente de manzana, me dirigí al sótano.
Al llegar, saqué las cosas de la mochila y seguí al pie de la letra las instrucciones que había recibido. No podía creer lo que estaba haciendo.
Comencé a arrepentirme, pero sabía que ya no había marcha atrás. Cuando terminé, cerré con seguro y subí las escaleras.
Conforme transcurría la ceremonia, mi ansiedad aumentaba. No dejaba de pensar en el tiempo que restaba para que tuviera que oprimir el detonador.