La noche del 29 de diciembre de 2020, Nora cenaba junto con sus tres hijos: Jorge, Rubén y David, en una residencia de la ciudad de México.

Al finalizar la cena, Jorge ingresó a la cocina y regresó con tres cafés y un chocolate caliente.

-Te traje esto, David, porque no alcanzó para todos -mencionó.

Unos instantes después, Nora probó su bebida y expresó:

-Sabe raro, ¿qué tipo de leche usaste?

-Una de almendras que encontré. 

La puerta se abrió, dando entrada a Fabiola, la única hija de Nora, quien regresaba de viaje. 

Después de recibirla, la familia permaneció conversando hasta las 11:45pm.

-Será mejor que nos vayamos a dormir -dijo Nora.

-No creo que pueda, mañana tengo que entregar un reporte en el trabajo -dijo Fabiola.

-Yo tampoco, estaré estudiando para el examen de admisión -mencionó Jorge.

En punto de la 1:30am, Rubén se localizaba en una de las habitaciones, junto al cuerpo de Nora, quien no tenía signos vitales. 

Acto seguido, corrió al dormitorio de David.

-¡David! -gritó.

-¿Qué pasó?, interrumpiste lo que estaba soñando.

Rubén le explicó la situación.

-Quizá Jorge o Fabiola vieron algo -expresó. 

Tan pronto le informaron a su hermana, ella rompió en llanto.

-Ahora que lo mencionan, hace como una hora, cuando estaba en la cocina tomándome un café para poder seguir despierta, escuché unos pasos. Al subir, me encontré a Jorge en el pasillo. 

En ese momento, Jorge ingresó a la habitación.

-¿Por qué están todos despiertos?

Al escuchar lo sucedido, dijo:

-Solo salí un momento al baño, pero no me percaté de nada. Y tú, Rubén, ¿qué hacías despierto?

-No podía dormir; estaba en mi balcón, contemplando la luna llena. Cuando iba por un jugo, vi la luz del cuarto de mamá prendida y fui a apagarla, porque creí que se había quedado dormida. Al entrar, encontré el cuerpo sin vida.